SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO DESDE LA PERSPECTIVA DEL GENERO


SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO DESDE LA PERSPECTIVA DEL GENERO


¿Hay diferencias entre mujeres y hombres respecto a la salud y seguridad en el trabajo? 


En esta ocasión  se pretende abordar la relación entre trabajo y salud desde una perspectiva de género: analizando cómo la división sexual del trabajo, tanto en el ámbito laboral –segregación - como en la vida -trabajo remunerado y trabajo no remunerado-, y los roles asociados a las personas de uno y otro sexo, repercuten de forma diferenciada en la salud y seguridad de mujeres y hombres, y da lugar a diferentes posibilidades reales de poner en marcha estrategias de defensa de la salud y participación efectiva en los sistemas de gestión de prevención de riesgos laborales.

En el sector de la agricultura, en la región ha habido un crecimiento de las exportaciones agrícolas (café, tabaco, algodón, frutas, flores), actividad que demanda una gran cantidad de fuerza de trabajo femenina de carácter estacional, con una carga de trabajo en la que predominan labores manuales repetitivas en jornadas extensas, en tareas de cosecha y empacado, frente a las tareas desarrolladas mayoritariamente por hombres, como el manejo de la maquinaria y la utilización de plaguicidas.
En cambio, los índices de accidentalidad entre los varones eran muy superior al de las mujeres.

En el sector industrial, las mujeres predominan en las industrias textiles y alimentarias mientras que los hombres son mayoría en las industrias metalúrgicas, automotrices, de maquinaria y componentes eléctricos y químicas. Las industrias maquiladoras, extendidas en estas dos últimas décadas por toda Centroamérica, se nutren en un porcentaje muy alto de mano de obra femenina, pero la segregación es patente: ellas ocupan los puestos de obreras no cualificadas, normalmente trabajos rutinarios y repetitivos de ensamblaje, mientras que los varones están en almacén, como supervisores y en puestos de administración. Está muy documentada la situación de desgaste físico constante que sufren las mujeres de las maquilas, con trabajos caracterizados por el alto ritmo, las largas jornadas, equipamientos y puestos de trabajo sin diseño ergonómico adecuado, exposición a mota y sustancias tóxicas.


En el sector servicios, resalta el alto porcentaje de mujeres que trabajan como empleadas domésticas, oscilando según países entre el 10% y el 20% del total de las mujeres empleadas. En servicios comunales, sociales y a la comunidad, altamente feminizados, se observa no obstante una segregación al interno: en salud ellas son enfermeras, cuidadoras y auxiliares mientras que ellos son médicos y gerentes; en educación ellas maestras de infantil y primaria, ellos profesores de secundaria, etc. 

También en el sector financiero, las mujeres ocupan el grueso trabajo de digitación, con movimientos repetitivos rápidos que actúan sobre unos grupos musculo-esqueléticos concretos, monótono y sin posibilidades de promoción. 



*Estas son algunas pinceladas, de tipo muy general y a modo de ejemplos, de cómo la segregación laboral sitúa a mujeres y hombres en trabajos y tareas con requerimientos muy diferentes, lo que significa que los riesgos a que nos exponemos son también diferentes, o se presentan de forma diferente, al ser las condiciones de trabajo diferentes.

* Por tanto, una primera conclusión que podemos extraer es: los diferentes sectores, ocupaciones y tareas realizados por mujeres y hombres en el mercado de trabajo dan lugar a perfiles de riesgos diferentes.


LA ERGONOMÍA Y LAS LESIONES MÚSCULOESQUELÉTICAS

En América Latina los estudios de salud ocupacional en actividades industriales se realizan poniendo énfasis en el prototipo de trabajador hombre, a pesar de que la participación de mujeres en el sector oscila entre el 15% y el 21%, y predominan aquellos en que se analizan aspectos específicos sin entregar una información general sobre las condiciones de trabajo ni mucho menos comparativas de género. No obstante, hay algunas investigaciones con perspectiva de género que lanzan algunos datos:

*En las procesadoras de pescado se detecta un alto porcentaje de trastornos músculoesqueléticos (lumbago, hombros y braquialgias) entre las mujeres.

*En el sector textil las mujeres presentan altas tasas de consultas por dolores persistentes en la región dorsolumbar, hombros y cuello.

*En el sector servicios se ha constatado la permanente presencia de trastornos músculoesqueléticos debidos a esfuerzos repetitivos, posturas forzadas, mal diseño de los puestos de trabajo y manipulación constante de cargas.


FUENTE.
https://osha.europa.eu/es/themes/women-and-health-work.

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